El pasado martes 25 de octubre celebramos en Mutua Navarra el taller adicciones sin sustancia, en el que contamos con la colaboración de la Fundación Proyecto Hombre Navarra (FPHN), en concreto con Pepa Palacios, responsable del Departamento de Proyectos Colaborativos e Incidencia Social, así como con Kristina Illescas, directora técnica de FPHN. Tuvimos la suerte de conversar con ellas respecto a un tema que día a día se expresa con mayor relevancia e impacto en la salud de las personas: la influencia de las tecnologías en nuestro comportamiento y cómo estas pueden llegar a convertirse en conductas potencialmente adictivas.
¿Cuáles son los objetivos centrales de este taller?
Los objetivos principales de este taller son tres. El primero, sensibilizar acerca de la problemática de los consumos y adicciones o conductas potencialmente adictivas en el ámbito laboral. Lo que ocurre en el trabajo es un fiel reflejo de lo que ocurre en la sociedad.
El segundo, concienciar del cambio de paradigma que estamos viviendo como sociedad a raíz de la digitalización (uso de nuevas tecnologías, digitalización, tecnoestrés, consumo de fármacos, apagón digital, etc.) y cómo nos está afectando esto a las organizaciones y la repercusión que puede tener también en términos de consumos o distracciones.
Y, el tercer objetivo y no por ello menos importante, concienciar acerca de la importancia de la formación al interno de las organizaciones para conseguir la detección precoz de consumo de sustancias o conductas potencialmente adictivas desde la perspectiva de la prevención de riesgos laborales y hacia la promoción del bienestar y la salud de las personas trabajadoras.
Visto el auge de las nuevas tecnologías en nuestra vida profesional y personal, especialmente tras la Covid-19, ¿está en peligro nuestra salud si no adoptamos medidas para su uso controlado?
Sin duda estamos en un cambio de paradigma y en una transición del mundo analógico al digital. Esto está conllevando una serie de consecuencias que atacan a la salud psicofísica de las personas. La ansiedad, el estrés, el tecnoestrés, el insomnio, entre otras, son consecuencias perversas de este momento histórico que estamos viviendo, las cuales muchas veces se intentan paliar con el consumo de psicofármacos u otras sustancias psicoactivas.
La OMS ya nos ha advertido acerca de ello. Consideramos que es importante impulsar acciones más preventivas al interno de las organizaciones como puede ser la regularización del teletrabajo, apagón digital y el apoyo a las personas que en un momento dado puedan tener problemas de este tipo. Es importante entender que cualquier consumo o distracción en el trabajo es un riesgo para la persona, pero también para el resto de la plantilla y para la entera organización.
“Uso-abuso-adicción”, se trata de un camino ascendente que muchas personas han seguido y que los lleva a un estado de pérdida de control y dependencia de los medios tecnológicos, ¿cómo están repercutiendo estos nuevos riesgos en el ámbito laboral?
Sí, lo describes muy bien con NUEVOS riesgos, ya que a los clásicos de siempre del consumo de sustancias psicoactivas se le suman estas “distracciones”. Pensemos que están emergiendo y existen sectores económicos y/o puestos de trabajo muy digitalizados y compuestos por plantillas muy jóvenes donde es importante sensibilizarles acerca de la problemática de uso abusivo, y obviamente de la adicción de ciertas prácticas. También se debe desnormalizar el consumo de fármacos o sustancias psicoactivas para paliar malestares.
Durante el taller se ha mencionado que el trabajo es un fiel reflejo de lo que ocurre en la sociedad, y que, por tanto, ante fenómenos como las adicciones a los juegos de azar o la necesidad de estar permanentemente conectados, ¿deben adoptar las empresas medidas preventivas?
Sí, sería importante que las personas que componen las organizaciones tengan conocimiento acerca de este fenómeno. Muchas personas se escandalizan de las cifras que arroja la OEDA (encuesta sobre el consumo de sustancias Psicoactivas en el ámbito laboral en España del Plan Nacional Sobre Drogas) o el informe anual del Observatorio de Proyecto Hombre, pero el tema de los consumos o adicciones en el ámbito laboral es un fenómeno con el que convivimos diariamente. Nadie está excluido, por el momento, de ello. Todas las personas tenemos en nuestro entorno personal o laboral a alguien que tiene un consumo abusivo de alcohol, de otras sustancias o un uso abusivo de juego o juego on-line. Informar significa sensibilizar y la sensibilización es el primer paso de la prevención.
¿Cuáles son los síntomas más claros de comportamiento de riesgo en el uso de las nuevas tecnologías? ¿Se pueden detectar precozmente?
Es importante que nos centremos en las personas, poner el foco ahí para poder hacer una detección precoz de este tipo de problemas. En el trabajo normalmente compartimos muchas horas y somos capaces de ver e intuir si a alguien de nuestro entorno le ha ocurrido algo que le preocupa o se distrae más de lo normal. Los cambios bruscos de humor, el aislamiento, el no querer compartir pausas como la del café, el llegar tarde al trabajo (siempre con excusas), el aumento paulatino de absentismo o continuas bajas, la fácil irritabilidad, etc.… son síntomas de que algo le está sucediendo a esa persona. En muchas ocasiones, por desgracia, sí que son atribuibles al abuso o adicción de nuevas tecnologías o al consumo de sustancias.
¿Qué actitud aconsejaríais adoptar a las empresas para evitar los comportamientos adictivos y/o de riesgo?
Creemos que las empresas son las responsables de impulsar espacios saludables, pero las empresas las componen personas. Por eso consideramos muy importante que desde la empresa se tome conciencia de la importancia de impulsar planes integrales en materia de consumos y adicciones, implicando a todas las partes, a todos los estamentos y personas de la organización ya que cualquier consumo o distracción en el trabajo puede tener graves repercusiones en términos de salud de propia persona, de clima laboral, de la seguridad de la plantilla, de productividad y de imagen corporativa entre otras cosas.
Es la primera vez que se organiza en Mutua Navarra un taller con esta temática, y creemos que se debe difundir más la necesidad de conocer y concienciarse más sobre las conductas potencialmente adictivas, ¿cómo animaríais a las empresas a asistir a estos encuentros?
Somos conscientes que este tema genera un poco de temor por no saber cómo afrontar ciertas situaciones. La Prevención de Riesgos Laborales llegó un día para quedarse, y el tema de los consumos de sustancias o distracciones en el trabajo, es un pequeño segmento más dentro de la PRL (Prevención de Riesgos Laborales) aún sin afrontar en nuestro país, pero que tiene repercusiones mucho más importantes de lo que pueda parecer. Las tasas de absentismo laboral y la duración de las bajas son 3 veces más altas entre las personas que tienen consumos problemáticos, la productividad es más baja y el clima laboral más negativo.
En otros países vecinos como Francia, Alemania, etc existe ya la obligatoriedad de ofrecer acciones de sensibilización y formación a las plantillas acerca de los riesgos que puede conllevar los consumos de sustancias psicoactivas o distracciones en el trabajo. Invertir en este tipo de acciones preventivas es muy rentable y no solo en términos económicos.
Se ha mencionado durante el taller el concepto “consumo cero, antes y durante el trabajo; ¿qué se quiere transmitir con este mensaje?
Lo que intentamos transmitir es que cada persona con su vida puede hacer lo que considere, pero cuando tengamos que compartir espacios, laborales en este caso, los actos de una persona no deben ponernos en peligro. Por eso lo de “antes y durante el trabajo, consumos y distracciones cero”. Es como decir: si tú te cuidas ya me estás cuidando.
Finalmente, ¿debemos preocuparnos también a nivel personal y/o familiar ante el uso de las tecnologías?
Creemos que no debemos preocuparnos, pero sí ocuparnos. Al principio decíamos que lo que ocurre en el trabajo es un fiel reflejo de la sociedad. Por eso debemos ocuparnos de ello y hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías de modo que nos permita y facilite mejorar nuestras vidas, pero sin dejar de lado nuestra esencia. Somos una cultura y una sociedad muy privilegiada por calidez y calidad humana, debemos preservar esa esencia y seguir disfrutando de las cosas pequeñas, del tiempo en familia, de los encuentros con amistades, etc. y no aislarnos detrás de una pantalla. Si somos capaces de preservar esa esencia de poner “a las personas en el centro” estamos seguras de que repercutirá automática y favorablemente en nuestras vidas, en la de nuestras familias, amistades o en nuestros trabajos.
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