Ante el sol, no te juegues la piel.
Este artículo surge como consecuencia del grato descubrimiento de una experiencia de intervención orientada a la mejora de la salud, denominada “Soludable”. Se trata de una iniciativa cuya misión es promover hábitos de vida y entornos fotosaludables con la finalidad de prevenir el cáncer de piel, y mejorar el bienestar físico, mental y emocional de las personas. Para más información: https://soludable.hcs.es/
Cielo despejado sin una solo nube; arrecia el calor; el termómetro marca treinta grados, o más al sol; el mensaje puede inspirarnos a muchos la proximidad de las vacaciones, de disponer de más tiempo para disfrutar al aire libre, compartiendo ocio y disfrute con familiares, amigos o, simplemente, tener mayor sensación de libertad.
Este mismo escenario se puede vivir desde otra perspectiva un poco menos grata y placentera, si se ha de trabajar al aire libre, en espacios al aire libre, donde estar expuesto a los efectos continuados del calor, la temperatura y la radiación solar, puede ocasionar riesgos y graves daños a nuestra salud.
Si bien el sol, y la radiación que acompaña, son fuente de calidad de vida y de salud por diversas razones (promueve la síntesis de vitamina D, mejora nuestro estado de ánimo, regula los ritmos de sueño y vigilia, los niveles de glucemia, reduce la presión sanguínea y mejora la dinámica cardíaca), no podemos dejar de mencionar y RECORDAR también los daños que acarrea una excesiva exposición al sol si no se toman las adecuadas medidas de protección y que se traducen en daños a la piel, el sistema inmune, los ojos y la fotosensibilidad.
Entonces, ¿es bueno tomar el sol? Un sí rotundo, de manera general, aunque sin olvidar ciertas medidas preventivas y de protección para no poner en peligro nuestra salud.
Revisa estas medidas y valora hasta qué punto las cumples:
- Compruebo el índice ultravioleta (índice UVI) previsto para el día y tomo medidas conforme a este nivel de radiación solar.
- Protejo mi piel conforme a mi FOTOTIPO característico (distinta graduación según la tonalidad de la piel y el cabello, color de ojos, etc.), generalmente con un SPF igual o superior a 30, salvo si tengo una piel muy oscura y sin pecas (fototipo 5 o 6).
- Utilizo las cremas fotoprotectoras adecuadas 30 minutos antes de exponerme al sol, con la piel limpia y seca, sin olvidar los labios, las orejas, y el cuero cabelludo. Vuelvo a aplicar crema de forma periódica, cada 2 horas y después de cada chapuzón.
- Reduzco el tiempo expuesto al sol y me resguardo bajo sombras en las horas centrales del día (de 12.00 a 16.00 horas). Tampoco bajo la guardia los días en que el cielo está nublado.
- Llevo gafas de sol que absorben el 100% de la radiación ultravioleta, preferiblemente con diseño envolvente o con paneles laterales.
- Me protejo la cabeza, el cuello y las orejas con un sombrero de amplia solapa o pañuelo.
- Utilizo ropa de trama tupida, no elásticos, preferiblemente de algodón y color oscuro, que me permita cubrirme en casos de excesiva fotoexposición.
- Bebo con frecuencia, especialmente agua, (al menos 1,5 litros), con el fin de mantenerme hidratado por dentro, y también lo hago por fuera aplicando crema hidratante tras la exposición solar.
- Considero que las cabinas de bronceado artificial y las lámparas solares (UV) pueden resultar perjudiciales, especialmente para mi piel y mis ojos.
- Examino regularmente mi piel. Si detecto cambios de color, forma o aspecto en lunares y/o lesiones en la piel, acudo a especialistas en dermatología.
- Protejo de manera particularmente importante a bebés y niños de corta edad y personas con piel clara (fototipo 1 y 2, especialmente) (Si viene al caso).
En la exposición al sol, ante todo, protejámonos. La radiación ultravioleta puede provocar daños en el colágeno de la piel y por lo tanto un envejecimiento prematuro de la misma. Igualmente puede provocar problemas serios en los ojos como cataratas.
Pero, además, no podemos perder de vista el daño a la salud que ocasiona la radiación ultravioleta que acompaña al sol, por sus consecuencias en lo relativo al cáncer de piel. La incidencia del cáncer de piel crece por encima de cualquier otra neoplasia maligna. Uno de cada 5 casos diagnosticados termina en fallecimiento, lo que provoca que 65.000 personas menores de 59 años mueran cada año en nuestro país por su causa. Y es que, entre el 50 al 90% de los casos de cáncer de piel están causados por la exposición excesiva a las radiaciones ultravioletas (UV), ya sea procedentes del sol o de fuentes artificiales.
Por estas razones, y porque nuestra salud determina nuestra calidad de vida y por ello hemos de cuidarla, destacamos dos aspectos a conocer para protegernos más de los efectos de la radiación solar, especialmente de los rayos ultravioletas (UV), como son el fototipo y el índice ultravioleta (índice UVI).
Fuente de información y textos:
- https://soludable.hcs.es/
- Agencia Española de Meteorología http://www.aemet.es/es/eltiempo/prediccion/radiacionuv/ayuda
- Academia Española de Dermatología y Venereología https://aedv.es/
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