Un día más, y un día menos para el fin de esta dichosa pandemia. Es inútil negar que muchas cosas han cambiado en el día a día de las empresas y las personas trabajadoras desde que comenzó la pandemia. La preocupación por la SALUD ha pasado a estar en el centro de nuestras vidas.
Hemos modificado de manera significativa el funcionamiento y organización en muchos elementos de nuestra operativa diaria. Aspectos que antes eran importantes han perdido relevancia o, incluso, se han dejado de hacer. Sin embargo, otras tareas u objetivos han pasado a un plano estratégico con el fin de garantizar la supervivencia y el rendimiento adecuado a la nueva situación de nuestras organizaciones.
El teletrabajo y modelos más flexibles y colaborativos de funcionamiento se han desplegado en muchos casos para responder a la necesidad de continuidad de los negocios y de reducir los riesgos de contagio. Hemos tenido que asimilar muchas cosas nuevas en poco tiempo y nos hemos visto sometidos a una situación volátil, incierta y cambiante.
Afortunadamente estas últimas semanas nos encontramos con una menor incidencia de los contagios de Covid-19 en Navarra, y contamos con un proceso de vacunación en marcha que parece que al fin permitirá mantener la reducción de la transmisión e ingresos de gravedad.
Pero sin embargo las jornadas de trabajo perdidas por enfermedad común siguen incrementándose. Los expertos nos alertan de que vienen tiempos en los que van a aflorar nuevos y más graves problemas de salud relacionados con tratamientos que no se realizaron o se pospusieron y con el previsible empeoramiento de la salud mental, consecuencia de la situación que hemos vivido.
Las ausencias al trabajo se han incrementado a máximos históricos en situación pandémica. Al aumento de enfermedades y duración de bajas se han sumado los problemas de conciliación, cuarentenas y otras situaciones derivadas de la pandemia.
Como ejemplo, si comparamos los meses de enero a mayo de 2021 con los de 2019 como dato de referencia antes de la pandemia, vemos que las jornadas perdidas por trabajador por Enfermedad Común se han incrementado un 35% y la incidencia de las bajas ha crecido un 42 % entre la población laboral afiliada a Mutua Navarra.
Esta situación obliga a realizar un análisis profundo de la foto actual de las ausencias en nuestras organizaciones y a poner el foco en la mejora de la salud y en gestión de las ausencias, como elementos indispensables para garantizar la continuidad y sostenibilidad de nuestra actividad.
A continuación, proponemos una serie de pasos que pueden ser útiles para realizar este análisis interno e implementar con éxito esa redefinición del plan de mejora de salud, bienestar y gestión de ausencias de nuestra organización:
1. Reactiva la reflexión interna. Configura un “equipo tractor” que lidere la reflexión y el análisis de la situación interna de salud y absentismo. Es importante tener en cuenta las diferentes visiones y realidades de nuestra empresa para poder obtener un diagnóstico certero de la situación. Puedes contar con personas expertas en este ámbito si necesitas ayuda.
2. Recopila la información relevante que te ayude a conocer lo mejor posible tu situación. Busca la comparación con otras empresas del sector o de actividades similares a la tuya y analiza tu propia evolución en el tiempo, entrevista a las personas clave que te pueden aportar información veraz. Recopila información de la actividad preventiva, del tipo de bajas, del análisis por edades, por puestos o por diferentes características de la plantilla que pueden ser útiles para completar un correcto diagnóstico de situación.
3. Revisa y consensua los indicadores clave y define los objetivos de mejora. Un aspecto muy importante cuando hablamos de salud y de absentismo es unificar la definición y objetivos que tenemos en nuestra organización, cómo lo vamos a medir y comunicar en cada momento para implicar a los diferentes implicados.
4. Pregúntate qué pasa en tu empresa y cómo estas actuando para reducir, en lo posible, que se produzcan ausencias. Casi todas las empresas contamos con procedimientos y ciertos recursos para ayudar a las personas ante problemas de salud o personales con el objetivo de que se resuelvan antes de llegar a una ausencia. ¿Podemos hacer algo más en este sentido? Es importante analizar también cómo fluye la comunicación, como se resuelven estas situaciones cuando ocurren. Por último, piensa con sinceridad, ¿Cuál es la cultura que existe en tu empresa con respecto a las ausencias?, ¿es algo que se percibe como importante o quizás inevitable?, ¿le damos espacio en reuniones, informaciones?, ¿deberíamos cambiar o reforzar algún mensaje para lograr más implicación.
5. Analiza la actuación de la empresa durante las situaciones de baja. ¿Se preocupan los directivos y responsables por la situación de las personas? ¿Existe una inquietud por acompañar en lo posible y mantener un vínculo de relación con quien temporalmente no está trabajando? Analizar este tipo de cuestiones nos puede ayudar también a humanizar las relaciones y fidelizar al empleado. Debemos procurar que se sienta valorado en relación con la actividad que desempeña en la empresa y que vea reconocimiento e importancia a su labor.
6. Revisa el proceso de reincorporación tras una ausencia prolongada o de cierta complejidad. ¿Hacemos algún acompañamiento específico y seguimiento sistemático? Lógicamente, el primer paso deberá ser el reconocimiento médico realizado por el servicio de prevención que determinará las restricciones u orientaciones preventivas oportunas. Pero más allá de eso, es importante un acompañamiento a las personas desde la empresa: formación en nuevos procedimientos y normas que hayan podido surgir, verificar la correcta adaptación de la persona, etc.
7. Del análisis y revisión de todos los aspectos anteriores habremos ido definiendo las líneas y acciones que clave para acometer un plan de mejora de la salud, bienestar y absentismo en nuestra organización. Es momento de pasar a la fase de implantación. Es clave sostener las iniciativas en el tiempo e implicar a altos mandos y directivos para conseguir resultados. Con frecuencia vemos ejemplos de organizaciones en las que tras una fase inicial de impulso y logro de mejores resultados, van perdiendo constancia y, conforme pasa el tiempo, dejan de mantener el seguimiento y pierden intensidad en el cumplimiento de las acciones y objetivos.
Si trabajamos los apartados anteriores, seremos capaces de establecer un plan concreto y específico de mejora en nuestra organización, que podremos ir midiendo, revisando y completando en el tiempo. Algo especialmente valioso en el contexto actual.
Hemos aprendido muchas cosas importantes con esta crisis de la Covid-19 a nivel humano y profesional. En relación a lo tratado en este artículo, nos parece importante destacar dos aprendizajes:
- Se ha demostrado que la salud de las personas, su bienestar y los resultados de la organización son elementos que van íntimamente unidos.
- Se ha puesto de manifiesto que una clave fundamental para superar retos complejos es mantener el espíritu de equipo, la solidaridad, el apoyo y la colaboración entre empresa y las personas trabajadoras.
Tenemos que procurar que en el nuevo contexto que llega las personas de nuestra organización se encuentren en un buen estado de salud física y mental. Esto nos ayudará a superar con éxito los retos a los que nos sigamos enfrentando en el futuro y a que aporten sus mejores capacidades para lograr los objetivos que nos marquemos.
Nos toca desarrollar nuevas iniciativas para mantener la vinculación, reducir las ausencias, e incrementar el compromiso con la organización y sus valores.
Empieza cuanto antes, por vuestra salud, por la de tu organización.
Javier Igea, Responsable Área Empresa Saludable.
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