Como complemento a las medidas higiénicas y de protección personal frente al Coronavirus, los edificios y locales deben disponer de una adecuada calidad del aire para reducir los potenciales riesgos de transmisión de gérmenes (en su amplio concepto) y partículas por el aire que respiramos. Por esta razón, a raíz del fuerte impacto que la Covid-19 está ocasionando en la población general, en la que se incluye la población laboral, es menester actuar sobre los potenciales focos de generación y propagación de virus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que el virus SARS-CoV-2 se transmite entre personas por vía aérea (droplet transmission) mediante gotas grandes, entre 5 y 10 micras de diámetro – milésimas de milímetro, (respiratory droplets, en inglés) entre una persona infectada y un receptor que tiene expuestas al aire sus mucosas (boca y nariz) o conjuntiva (ojos). Además, existen series sospechas de que también puede transmitirse por micro-gotas de tamaño igual o inferior a 5 micras en presencia de patógenos, partículas suspendidas que son transportadas por el aire (bioaerosoles, o droplet nuclei, en inglés). Estas micro-gotas pueden permanecer en el aire largos periodos de tiempo y, potencialmente, transmitir patógenos por vía aérea a distancias mayores de 2 metros y especialmente en lugares cerrados con ventilación escasa.
Se ha sugerido que en algunos brotes documentados en espacios cerrados, con ventilación escasa o deficiente y una elevada concentración de personas existe la posibilidad de una transmisión aérea en combinación con la transmisión por gotas y contacto.
Conforme a las autoridades sanitarias, estudiando las instalaciones de climatización, se puede adecuar su funcionamiento para que éstas actúen como una medida más de prevención contra el contagio, formando parte de la solución. Por lo tanto, las instalaciones de climatización permiten contribuir a reducir el riesgo de que una persona infectada del SARS-CoV-2, aún sin presentar síntomas, pueda contagiar a otros usuarios que estén en el mismo espacio, además de evitar propagar el coronavirus a otras zonas del edificio.
Tal como refiere el Ministerio de Sanidad en el documento actualizado a fecha 30 de julio y titulado “Recomendaciones de operación y mantenimiento de los sistemas de climatización y ventilación de edificios y locales para la prevención de la propagación del SARS-CoV-2”, se han propuesto una serie recomendaciones con la finalidad de impulsar las actuaciones adecuadas y correctas en materia de climatización que pueden tener un papel clave a la hora de minimizar la transmisión de los contagios en los edificios durante el proceso de desescalada y posteriores rebrotes. Estudiando las instalaciones de climatización, se puede adecuar su funcionamiento para que éstas actúen como una medida más de prevención contra el contagio, formando parte de la solución.
Estas recomendaciones se enmarcan en el contexto de la emergencia sanitaria por la Covid-19, en el que se prioriza la seguridad de los usuarios ante el contagio sobre el bienestar térmico y la eficiencia energética. Por otra parte, una mejora de la ventilación hará un edificio más seguro.
Complementariamente, y en base a estas circunstancias el Gobierno de España ha publicado una guía con recomendaciones sobre el uso y mantenimiento de los sistemas de climatización y ventilación de edificios y locales comerciales dirigida a profesionales del sector. El documento establece una serie de criterios técnicos para proteger la salud pública, con el objetivo de prevenir la propagación de la Covid-19 en espacios y locales públicos con ventilación o climatización mecánica, como pueden ser oficinas, centros comerciales, instalaciones deportivas o culturales, entre otras.
La guía ha sido coordinada por técnicos del Ministerio de Sanidad, del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico y del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, con la participación de expertos en salud pública, sanidad ambiental, aerobiología e instalaciones de climatización y ventilación. Se ha tenido en cuenta las recomendaciones de las agencias internacionales, organizaciones profesionales y sociedades científicas. La guía, que lleva por título “Recomendaciones de operación y mantenimiento de los sistemas de climatización y ventilación de edificios y locales para la prevención de la propagación del SARS-CoV-2”.Entre sus recomendaciones, destacamos las siguientes:
- El parámetro más importante es la renovación de aire. Se recomienda, si es posible, un mínimo de 12,5 litros por segundo (l/s) y ocupante, que es el valor que el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE) atribuye a un aire de buena calidad. Para asegurar este valor mínimo, se puede trabajar en dos direcciones: aumentar la ventilación o reducir la ocupación de los espacios.
- Verificar que los equipos encargados de la renovación de aire trabajen, al menos, en sus condiciones nominales de diseño y que las posibles pérdidas de carga, especialmente internas al sistema sean mínimas (filtros con colmatación, etc.).
- En horario laboral, se aconseja trabajar con el caudal máximo que permita el sistema desde dos horas antes de la apertura y hasta dos horas después del cierre. En las horas restantes de la semana, incluido fines de semana, es preferible que el sistema continúe funcionando a bajo caudal, pero nunca a nivel inferior del 25% del caudal de aire nominal.
- Se recomienda eliminar o reducir la recirculación de aire en los equipos, siempre que las condiciones de operación lo permitan.
- En caso de existir un sistema de extracción específico para la zona de aseos u otras zonas anexas a la oficina -como, por ejemplo, vestuarios-, es recomendable mantenerlos activos de forma permanente.
- Cuando el edificio, en origen, no disponga de sistemas de ventilación mecánica, es recomendable la apertura de ventanas accesibles, favoreciendo la ventilación cruzada. Aunque pueda generar cierta incomodidad por las corrientes de aire, o sensación térmica, está demostrado que la renovación de aire por ventilación cruzada baja las tasas de contaminantes de las estancias. Incluso en edificios con ventilación mecánica es recomendable realizar una ventilación regular con ventanas.
- Los rangos reglamentarios sobre humedad relativa –entre el 30% y el 70%- se consideran adecuados.
- Aumente, tanto como sea técnicamente posible, la filtración del aire recirculado si el equipo lo permite, y siempre y cuando se garantice el caudal de aire nominal del equipo.
- Si el local presenta dificultades para obtener una ventilación satisfactoria, se aconseja el uso de unidades portátiles equipadas con filtros de alta eficiencia HEPA, ubicadas en los espacios a tratar.
- Se deben considerar las labores de mantenimiento tan relevantes como las de operación del sistema y deben realizarse de acuerdo con las medidas de seguridad establecidas en los protocolos de cada empresa y según las directrices del Ministerio de Sanidad. En concreto, la guía enfatiza la necesidad de actuar de forma segura en el caso de cambios de filtro. Las medidas de protección serán las habituales, incluyendo protección respiratoria obligatoria y guantes para todas ellas.
Además, y de gran importancia:
- En el mercado existen una gran variedad de equipos denominados “purificadores” que consisten en la eliminación de compuestos orgánicos volátiles y patógenos. Algunos equipos basan su capacidad de higienización del aire en el uso de ozono. No hay datos disponibles sobre la eficacia germicida del ozono sobre el SARS-CoV-2. El ozono, pese a tener propiedades desinfectantes, está documentado como peligroso para la salud humana y el medio ambiente. Por esta razón, no se pueden usar equipos basados en la generación de ozono en locales con presencia de personas.
- Una de las tecnologías más comunes en los sistemas de climatización es la utilización de la luz ultravioleta de radiación corta UV-C. Se trata una técnica empleada en el sector sanitario desde hace muchos años para la reducción de patógenos pero no garantiza su total eliminación. En estudios de laboratorio se ha observado la eficacia de la radiación UV-C en la desinfección de distintos patógenos entre los que se incluye el SAR-CoV y el MERS-Co-V. La OMS advierte contra la utilización de las lámparas UV-C para desinfectar las manos o cualquier otra superficie de la piel. Por tanto, no se recomienda su uso en ambientes en los que haya presencia de personas.
Finalmente, y de gran importancia a conocer, se establecen unas recomendaciones de limpieza de los equipos en caso de existir un caso sospechoso o confirmado de COVID-19:
- Ante un posible caso positivo de COVID-19, se recomienda que el espacio donde se haya alojado la persona sea ventilado durante, al menos, cuatro horas. Ventilación al máximo, tanto forzada como natural de ser posible La ventilación debe comenzar al menos dos horas antes de iniciar las labores de desinfección. Dentro del protocolo de limpieza y desinfección del espacio, se recomienda incluir las rejillas de impulsión y retorno de aire; la extracción, la limpieza y desinfección del filtro de la unidad interior si la hubiera (fancoil, split); y la limpieza y desinfección de la unidad interior, si existe, pulverizando una solución desinfectante.
Por tanto, manteniendo adecuadamente las instalaciones de ventilación y climatización de nuestros edificios no garantizamos, si bien reducimos las probabilidades de riesgo de propagación de gérmenes, así como las probabilidades de contagio de las personas que interactúan en su interior. Estas medidas han de estar siempre en conjunción con aquellas otras higiénicas de limpieza de instalaciones y superficies y las prácticas de higiene personal y distancia de seguridad.
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