En España, la obesidad es el segundo factor de riesgo para la salud. Se trata de una enfermedad crónica que implica un cambio del estilo de vida programado y progresivo a largo plazo, para el que no existen curas o remedios milagrosos. Se asocia al desarrollo de enfermedades concomitantes (diabetes tipo 2, hipertensión, colesterol alto, insuficiencia cardiaca, apnea del sueño, entre otras).
La Fundación Española del Corazón (FEC) advierte que la zona del cuerpo en la que se encuentra acumulada la grasa es un factor de riesgo cardiovascular más importante que el exceso de peso (obesidad o sobrepeso) y por ello recomienda medir el perímetro abdominal en lugar de calcular únicamente el índice de masa corporal (IMC). El perímetro abdominal se puede medir fácilmente con una cinta métrica; así, la persona debe estar de pie, con los pies juntos, los brazos a los lados y el abdomen relajado para, a continuación, rodear su abdomen con la cinta métrica a la altura del ombligo y sin presionar hacer una inspiración profunda y al momento sacar el aire. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece el valor máximo saludable del perímetro abdominal en 88 centímetros en la mujer, mientras que en el hombre el valor es de 102 centímetros.
La prevalencia de obesidad abdominal se estima en el 33,4% y es mayor entre las mujeres (43,3%) que entre los hombres (23,3%), y también aumenta con la edad. Recientemente se ha dado a conocer la última encuesta sobre hábitos de vida elaborada por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO-SEO). Uno de los datos más preocupantes de la encuesta es el que habla de la imagen que los obesos tienen de sí mismos. Los datos confirman que la mayoría de los obesos no reconoce que lo es: el 54,6 % de las personas con sobrepeso piensa que está en la media e incluso un 7,3 por ciento opina que está delgada. «No dicen ‘soy obeso, sino estoy gordo’.
En cuanto a las creencias, casi la mitad de los encuestados cree que la obesidad se hereda genéticamente, especialmente los obesos, que lo utilizan como un factor para exculparse de su situación. Sin embargo, tal y como han recordado los expertos, la genética «tiene una influencia en torno al 10-15 %», frente al 43 % de no comer verdura o ensalada como plato principal, por ejemplo.
Y todos somos conscientes, o la mayoría de los impulsos y tentaciones a los que nos enfrentados, quizá con demasiada frecuencia, cuando realizamos alguna o varias comidas fuera de casa, situación cada vez más frecuente entre la población laboral. Según reflejan los datos de la encuesta de SEEDO, la tendencia a comer fuera de casa está disparando los niveles de obesidad en España. Ya el 77 % de la población realiza alguna comida en bares y restaurantes, y el 90 % desayuna fuera. Las cifras hablan por sí mismas; tomar la primera comida del día fuera de casa aumenta un 18 % el riesgo de obesidad. Y comer o cenar lo dispara un 43 % cuando no se pide ensalada o verdura como plato principal. Y la razón de estos incrementos de riesgo se deben según la encuesta a que el 73,7 % de la población no pide verdura o ensalada como plato principal de forma habitual, y el 63 % tampoco como acompañamiento a un plato principal.
Otro problema es el postre: cuando no se pide fruta la probabilidad de obesidad aumenta en un 20 %. «Casi un 20 por ciento de las personas que no toma fruta de postre no lo hace por que no figura en el menú. La mayoría de los obesos encuestados ha indicado que sí la tomaría si estuviese contemplada en la carta», señala el presidente de la SEEDO-SEO, Francisco Tinahones. La realidad es que solo el 18 % de los encuestados consume fruta como postre en restaurantes. En obesos, el 40% elige preferentemente dulce, frente al 22% por ciento de las personas con peso normal.
La propuesta generalizada pasa por recuperar la tradición mediterránea de la alimentación que incluye un mayor consumo de pescados, legumbres, verduras y hortalizas, aceite de oliva, frutas frescas, frutos secos y cereales, y muy bajo de carnes rojas y grasas de origen animal. Y el estilo de vida mediterráneo incorpora la práctica de numerosas actividades físicas al aire libre. Estamos hablando, por tanto, de dedicar más tiempo al autocuidado para mejorar nuestra salud global, además de prevenir y de luchar contra la obesidad.
Con el fin de tenerlo presente, de manera continuada y que vaya integrándose en los menús habituales de cualquier casa, proponemos descargarse esta imagen “el plato para prevenir la obesidad”, elaborado por la Sociedad Española de Obesidad SEEDO-SEO.
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