Fuente: Una información de Raquel Quílez para El Mundo
18/03/2015
¿Una empresa feliz? Sí, se puede. Margarita Álvarez lleva años empeñada en llevar el optimismo al entorno laboral. Desde que se aproximó al tema como presidenta del Instituto Coca Cola de la Felicidad no ha dejado de pensar en positivo. Ha impartido charlas, ha estudiado estadísticas, ha sido invitada de honor de Bután -el autoproclamado ‘reino de la felicidad’- y, sobre todo, se ha acercado a la gente. En 2011 cambió Coca Cola por Adecco, donde es directora de Marketing y Comunicación, y en la que sigue trabajando por la satisfacción laboral. Su premisa es irrefutable: «La gente no se va de las empresas, se va de los jefes». Directivos del mundo, tomen nota. Trabajadores del mundo, suspiren.
1. Escuchar a los empleados, preguntarles qué nivel de satisfacción tienen en la empresa, qué es importante para ellos. «En Adecco, por ejemplo, nos dimos cuenta de que había muchos convencidos de que no se les valoraba». ¿Cómo lo subsanaron? «Con iniciativas de reconocimiento corporativo: cada semana un jefe elogia la labor de un empleado en la Intranet -herramienta de comunicación interna-, hay un plan de reconocimiento de la primera línea de la empresa -el presidente llama personalmente a trabajadores que están destacando- y nos aseguramos de que cada manager potencie este aspecto».
2. Empoderar a los trabajadores, dejarles un espacio en el que sientan que influyen, que deciden sobre lo que se hace. «Cuando le dices a una persona: ‘Tú tienes responsabilidad sobre esto, es parte tuya’, el efecto positivo es tan grande que compensa cualquier error. La satisfacción y el empeño que se ponen son mucho mayores».
3. Conseguir que la gente que está haciendo un trabajo que no es su vocación encuentre elementos de ella. «Se trata de que vean qué es lo que les gusta de su trabajo. Para eso hay un ejercicio que funciona muy bien: definir tu puesto como si se lo tuvieses que vender a alguien, así te das cuenta de sus ventajas y te motivas».
4. Celebrar. «Sabemos que la celebración nos hace felices. En las empresas debemos ser capaces de celebrar. Que haya un ambiente de compañerismo, que cometer un error no sea un drama…».
«No se trata de estar permanentemente felices, sino de gestionar las emociones. Manejar bien la tristeza, el dolor o la frustración»»
Y termina con una clave definitiva, redonda: «El único secreto es que de verdad te preocupe la gente». «Como empresa no debemos entrar en la felicidad del trabajador, que es algo personal, pero sí conocerles mejor y crear un entorno en el que puedan desarrollarse. Así ganan ambas partes: cuando te sientes pleno con lo que haces, eres mejor profesional, lo que incide en la cuenta de resultados de la empresa», argumenta.
Tras años trabajando con el concepto de felicidad, Margarita Álvarez ha llegado a la conclusión de que no se puede alcanzar si el trabajo falla. «Me niego a pensar que puedes aguantar amargado un tercio de tu vida, que son las ocho horas al día que, en el mejor de los casos, pasas en el trabajo, y después cerrar la puerta y disfrutar del resto. Por eso es importante buscar lo que te hace disfrutar de tu trabajo. Poner el foco en lo positivo». Y en eso la empresa tiene mucho que decir, pero también cada uno de nosotros individualmente.
Lejos queda la teoría de Freud -«Existen dos formas de ser feliz, una es hacerse el tonto; la otra, serlo»-; hoy estamos casi en el extremo opuesto. «Cada vez somos más conscientes de la importancia de la felicidad, ya no lo vemos como una cosa ñoña o secundaria, pero lo estamos poniendo tan de moda que corremos el riesgo de banalizarlo. No se trata de estar permanentemente felices, si no de saber gestionar las emociones, manejar bien la tristeza, el dolor o la frustración», advierte la experta.
No hay comentarios disponibles, ¡sé la primera persona en comentar!