Recorrer cien metros en 9, 58 segundos parece una característica de rendimiento de algún motor o un medio de locomoción, no una medida para el ser humano. Sin embargo, en 2009, los asistentes a las pruebas del Mundial de Atletismo de Berlín pudieron ver como un corredor “casi volaba”, convirtiéndose en un mito del atletismo y del deporte en general. Se trataba del jamaicano Usain Bolt.
Bolt ha sido capaz de alcanzar con la fuerza de sus músculos y un cuerpo de campeón una velocidad de 37,5 k/hora, y mantenerlos no sólo en 100 metros, sino también en 200 metros lisos. Pocas personas conocen que Usain padecía de pequeño una marcada escoliosis (desviación de la columna). No empezaron a tratarle la anomalía hasta los quince años. Aun así, corría como un galgo, si bien su mayor afición era el baloncesto o el críquet. Llegar a ese nivel de competición tan alto, y consagrarse como el hombre más veloz del mundo (sus récords olímpicos y mundiales aún persisten), está al alcance de muy, muy pocos. No todos podemos aspirar a ser atletas olímpicos y lograr un palmarés de estrella, si bien todos podemos esforzarnos por lograr aquello que nos propongamos con decisión.
La escoliosis es una afectación de espalda, que viene acompañada de dolor que se extiende hacia las piernas, debilidad o sensación de cansancio en la columna después de pararse o sentarse por mucho tiempo, dolor en hombros, curvatura de la columna más hacia un lado, etc. Muchos de nosotros, 3 de cada 5 según datos clínicos, hemos experimentado dolor de espalda, rigidez muscular o dolor de cuello a lo largo de nuestra vida, consecuencia de nuestra actividad diaria y nuestras rutinas. Entre ellas, el trabajo puede representar una carga importante, si bien, en muchos casos no es la única causa de pérdida de calidad de vida, salud, bienestar y productividad.
Nuestro estado físico es fruto de las exigencias que el día a día se nos presentan, así como del cuidado que realizamos de nuestro cuerpo. Dice Jim Roth: “Cuida de tu cuerpo: es el único lugar que tienes para vivir”. Y así, es. Ese conjunto de huesos, piel, vísceras y unas cuantas cosas más, nos acompañarán toda nuestra vida, y según cómo seamos de generosos con él, así nos responderá.
No podemos pensar en llegar a ser atletas de élite, ése es un atributo de muy pocos, aunque sí podemos llegar a ser personas con alto rendimiento en nuestro estado físico. Aprender a cuidar, fortalecer, saber relajar y estirar nuestra musculatura reduce la fatiga que se acumula a lo largo del día, mejora nuestro estado anímico (ya de por sí alterado en estos momentos de pandemia), y nos da energía para disfrutar más de cada día. Todos salimos beneficiados.
Además del sufrimiento que acompaña a las dolencias musculares (bien de espalda, brazo, cuello, u hombro), se produce un serio deterioro, o incluso se pierden, muchos aspectos satisfactorios de nuestra vida privada, familiar y laboral. Estas pérdidas de salud acarrean, como muchos ya sabemos, periodos de dolor, inactividad, desánimo y limita nuestra movilidad en todas nuestras facetas diarias. Por ello, resulta tan importante “entrenarlos” para, no sólo favorecer y acelerar la recuperación física y no desesperar ante la lesión, sino incluso, y aún más beneficioso para nuestro cuerpo, no caer, no romper, fortalecernos y aumentar así nuestra capacidad física ante el trabajo exigente. Podemos tener un alto rendimiento de nuestro cuerpo si sabemos cuidarlo y queremos cuidarlo.
Por esta razón, todas las medidas de colaboración que ayuden a mejorar el entorno de trabajo y actuar ante las lesiones musculoesqueléticas en los que participen trabajadores, servicio médico, responsables y dirección, que promuevan el cuidado de nuestra salud muscular, su fortalecimiento y rendimiento óptimo, están contribuyendo a sacar más chispa a nuestra vida, más satisfacción y bienestar. O acaso ¡no es esto lo que todos buscamos!
Desde Jesse Owens hasta el récord de Bolt en Pekín, han hecho falta 72 años de competición para restar 51 centésimas de segundo a la lucha del atleta contra el reloj en la prueba reina del atletismo (desde 10,20 a 9,69 segundos). En nuestra competición personal, fáciles y sencillos ejercicios, realizados con regularidad, tanto de fuerza, como de equilibrio y resistencia, son prácticas ayudas para lograr nuestro mayor reto: mantenernos lo suficientemente activos como para disfrutar mejor de la vida y sus múltiples oportunidades de desarrollo personal y profesional. Alcancemos nuestros retos por nuestra salud; somos los más beneficiados.
En Mutua Navarra sabemos lo importante que es la prevención para evitar daños a la salud. Contamos con una nueva herramienta de asesoramiento y sensibilización en materia de prevención de riesgos laborales. Pincha aquí para obtener más información de nuestro Portal Prevención.
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